“Soy un adicto a la marihuana”


Comitán, Chis. “Soy un adicto a la marihuana, pero algún día predicare la palabra de dios”  dijo un toxicómano derramando una lagrima, luego de haber sido detenido en posesión de la hierba prohibida.



Ángel de Jesús Hidalgo Gonzáles, de 32 años de edad, padre de tres niñas, vecino de la ranchería Pashtón y adicto a la marihuana desde que tenía 12 años, fue aprendido y turnado ante el Ministerio Público por el delito de tener una adicción.

Fue aprendido la noche del pasado lunes, cuando caminaba con rumbo a su hogar sobre la 2ª Calle Sur Poniente, llevando en sus manos una bolsa color negra, dentro de la cual transportaba un bote de atole, otro que contenía restos de comida, así como otra pequeña bolsa transparente que contenía aproximadamente 100 gramos de marihuana.

En su camino se encontró con oficiales municipales que le realizaron una revisión de rutina y detectaron el estupefaciente, por lo que fue llevado a la Comandancia Municipal, donde se supo Hidalgo Gonzáles sería turnado ante el Ministerio Público por el delito de posesión de drogas.

A continuación el adicto fue sentado en una banca donde comenzó a platicar con los reporteros sobre su triste historia, la cual no siempre fue triste, sino hasta que tenía 12 años, cuando con sus amigos todo comenzó con un juego el cual fue tatuarse y por primera ocasión probó la marihuana.

Aquel juego de perdición siguió, pronto pasó de ser un pasatiempo a hacer algo normal en la vida de Hidalgo Gonzáles, para finalmente comenzar a hacer lo que hoy es, una adicción, adicción que consume a cada momento su vida.

Aquel juego se ha vuelto un padecimiento y como cada padecimiento necesita un tratamiento, el cual para él es fumar la marihuana, por que cuando no consigue dinero para drogarse tiende a padecer nerviosismo y ha convulsionar.

Muy triste el adicto dijo a los oficiales “yo no soy un delincuente, reciben y verán que nunca antes había sido detenido” algo que resultó ser cierto y es que en el sistema de Plataforma México no aparecieron registros de él, por detenciones anteriores.

Una lagrima cayó, recorriendo su mejilla y culminando en sus labios, básicamente “se tragó su color” diciendo con la voz quebrada “Soy un adicto a la marihuana, pero algún día predicaré la palabra de dios, esto sólo es una prueba que me pone en el caminó y yo si tendré muchas angelotas que contar”.

Fue así que aquella persona que lleva más de 20 años padeciendo de drogadicción terminó su emotiva conversación, asiendo una peculiar petición con la voz quebrada “quiero un mi cigarrito, pero era obvio que el cigarro que pedía era de marihuana.

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